DESARROLLO SOCIAL

La trata de personas y un llamado a la humanidad

Compartimos a continuación fragmentos de la nota escrita para el diario L´Osservatore Romano y en el que se sintetizan los días del simposio.

Finalizó en el Vaticano un nuevo simposio sobre la trata de personas, uno de los flagelos de nuestra actualidad y que muchas veces pasa desapercibido por los medios de comunicación. Desde UISCUMARR participamos del equipo de voluntarios de prensa para colaborar en la difusión del simposio y de la temática tan dolorosa. Compartimos a continuación fragmentos de la nota escrita para el diario L´Osservatore Romano y en el que se sintetizan los días del simposio.
Durante estas jornadas vividas en la Academia de las Ciencias del Vaticano y en la que participaron más de 70 personas de diversos países, se escucharon relatos y vivencias estremecedoras y que refleja historias generalmente ocultas a los medios masivos de comunicación. La conocida frase que afirma que la realidad supera a la ficción, dolorosamente aquí cobra vida y con vidas y rostros sufrientes. Fueron varios los casos presentados, y cada uno de ellos era muy particular.
El simposio que llevó el lema: ?El perfecto amor echa fuera el temor, la avidez y la esclavitud: los jóvenes tienen que guiar el camino?; busca centralizar el llamado a tomar conciencia de la valentía necesaria para salir adelante y justamente, esa fuerza vendrá principalmente de los jóvenes.
Una llaga de la humanidad
En reiteradas oportunidades el Papa Francisco hizo mención a que la trata de personas es una llaga de la humanidad. Una llaga que sigue abierta y en muchos casos sangrante por la indiferencia. Las principales víctimas de este delito de lesa humanidad que afecta a 30 millones de personas en el mundo según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), son los jóvenes, quienes no encuentran un presente que los comprometa a trabajar y estudiar con miras al futuro.
?A veces, por un futuro mejor, saltan a una trampa? afirma la monja italiana Eugenia Bonetti, quien coordina 250 religiosas de 80 congregaciones diferentes que trabajan en un centenar de refugios repartidos por toda Italia. ?Para evitar el tráfico hay que llevar adelante tareas de prevención y para eso hay que apostar por la educación y la información? dice con ojos esperanzadores a los jóvenes.
Los jóvenes participantes del simposio compartieron sus experiencias de vulnerabilidad y estigmatización del flagelo junto a expertos y activistas en la materia, especialmente invitados al evento.
En muchos de los casos se pone al descubiero que la persona es usada como un objeto de descarte, otra idea que el Papa Francisco reitera a menudo. Pero a los ojos de Dios no hay material de descarte solo hay dignidad. Por ello, la idea que rondó durante las jornadas de trabajo fue la de ?fin a la esclavitud? (#EndSlavery).
Lo que no se comunica no existe
Hay una frase en el ámbito de la comunicación social y de los medios de prensa que afirma que aquellas cosas que no se comunican no existen, por lo menos desde la mirada social. Justamente fue este uno de los tema de debate del simposio: si convenía comunicar y exponer a las víctimas recuperadas de la trata. Es claro que aquí hay que poner en primer lugar a la persona, al ser humano sufriente. Está claro que hay que cuidarlo y preservarlo. Pero también es cierto que los casos presentados con cuidado y sobre todo de forma caritativa sobre la persona, pueden servir para recuperar a tantos miles de jóvenes que están siendo víctimas. Es aquí donde los medios de comunicación juegan un rol fundamental, ya que pueden ser un canal que sirva para salvar la vida de alguna persona que está siendo víctima de la trata y la explotación.
Aquí se requiere mucho esfuerzo, compromiso y valentía ya que el tema de la trata de personas es un tema económico por los millones de dólares que mueve anualmente. Pero no hay que perder de vista que detrás de todo esto hay vidas humanas. Seres humanos privados de su libertad. Esto requiere un verdadero compromiso por el bien de los demás. Por todo ello, se debe luchar contra el flagelo de la trata de personas para que esa llaga que se encuentra abierta se vaya cerrando y permita reducir y erradicar este crimen de lesa humanidad. Desde la mirada cristiana la oración es fundamental ya que solo ella y el verdadero amor podrá hacer que la misericordia del padre convierta los corazones de quienes negocian con la dignidad de las personas y a la vez consuelen a las víctimas.

Roberto Dabusti
Para L´Osservatore Romano


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