EQUILIBRIO AMBIENTAL

Raíz humana de la crisis ecológica

En el tercer capítulo de la encíclica Laudato Si´, el Papa Francisco invita a analizar la raíz humana de la crisis ecológica que vivimos en la actualidad, por ello propone centrarse en el Paradigma tecnocrático y en el lugar del ser humano y la de su acción en el mundo

Continuando con el recorrido de la Encíclica Laudato Si´ que venimos realizando, nos adentramos ahora en el tercer capítulo titulado ?Raíz Humana de la crisis ecológica?. En este tramo de la encíclica, el Papa Francisco invita a analizar la raíz humana de la crisis ecológica que vivimos en la actualidad, por ello propone centrarse en el Paradigma tecnocrático y en el lugar del ser humano y la de su acción en el mundo.

Francisco comienza el capítulo haciendo un análisis y reconociendo los avances tecnológicos de los dos últimos siglos. En el punto La Tecnología: creatividad y poder, el Papa hace referencia a la herencia que recibimos. Algunos de los avances son: el motor a vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la electricidad, el automóvil, el avión, las industrias químicas, la medicina moderna, la informática, llegando hasta nuestros últimos días con la revolución digital, la robótica, las biotecnologías y las nanotecnologías. A su vez, destaca que la tecnología ha remediado innumerables males que dañaban y limitaban al ser humano y no se puede dejar de valorar el progreso tecnológico especialmente en la medicina, la ingeniería y las comunicaciones.

La tecnología bien orientada es capaz de producir lo bello y de hacer ?saltar? al ser humano inmerso en el mundo material al ámbito de la belleza. ¿Se puede negar la belleza de un avión, o de algunos rascacielos? pregunta el Pontífice y a su vez, destaca que hay preciosas obras pictóricas y musicales logradas con la utilización de nuevos instrumentos técnicos.

Francisco también destaca la energía nuclear, la biotecnología, la informática, el conocimiento del ADN, remarcando que estos avances otorgan un gran poder a quienes tienen el conocimiento y el poder económico para utilizarlos. A su vez, el Papa remarca que nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y que nada puede garantizar que vaya a utilizarse bien. Ejemplo de esto son los hechos ocurridos en la historia, como fueron las bombas atómicas o el despliegue tecnológico del nazismo, el comunismo y por otros regímenes que lo utilizaron para la matanza de millones de personas.

Con preocupación Francisco habla del Paradigma tecnocrático. Sostiene que actualmente se tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política y que el ser humano y las cosas han dejado de tenderse la mano, de forma amigable y han pasado a estar enfrentados. También como lo ha hecho en varias oportunidades, sostiene que el mercado en sí mismo no es garantía del desarrollo humano integral y la inclusión social. Sostiene que existe un contraste inadmisible entre el super desarrollo que derrocha y consume sin límite, por un lado y situaciones de miseria humana, por el otro, que persisten a lo largo del tiempo. Para el Papa una ciencia que pretende ofrecer soluciones a los grandes asuntos, debería sumar el conocimiento en las demás áreas del saber, pero que incluyan la filosofía y la ética social.

Este análisis precedente nos lleva a un diagnóstico de una Crisis y consecuencias de un antropocentrismo moderno. Es por ello que el Papa dedica una sección de este capítulo a este tema. Hace un llamado de atención cuando sostiene que si no se reconocen en la realidad el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad, será difícil que se escuchen los gritos de la misma naturaleza. Esta misma naturaleza es la que se revela por el papel que el ser humano toma queriendo reemplazar a Dios, en lugar de ser un colaborador.

Parte de esta crisis que vivimos en la actualidad, sostiene Francisco, se centra en la cultura del relativismo existente en la que una persona se aprovecha de otra y la utiliza como un mero objeto. La postura opuesta a ésta, es la que promueve una intervención humana que procura el prudente desarrollo de lo creado; es la forma más adecuada de cuidado del ser humano. También sostiene que el trabajo que realiza cada ser humano, debería ser el ámbito en el que se dé el desarrollo personal ya que es, mediante el empleo, donde se ponen en juego las dimensiones de la vida. Es decir el trabajo como desarrollo de la persona.

El trabajo es una necesidad y parte del sentido de la vida de la maduración y realización personal. Por eso mismo, resalta también en este capítulo que la ayuda a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria que se utiliza para resolver una urgencia. Se puede observar una disminución de los puestos de trabajo por la orientación de la economía y del avance tecnológico que reduce el uso de la mano del hombre. Por todo ello, es que resalta el desgaste del capital social y la necesidad de promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresaria.

Finalizando este capítulo que venimos analizando, el Papa hace un llamado a la Creatividad Empresaria. ¿A qué se refiere con Creatividad Empresaria? Francisco sostiene que para poder continuar dando empleo, es necesario promover una economía que favorezca la producción. Una producción que sea diversa y para ello se requiere de empresarios creativos. El Papa sostiene que la actividad empresarial es una vocación noble y que ésta debe estar orientada a la producción de riqueza y a la mejora del mundo para todos. El empresario a través de su actividad puede promover la región donde se encuentra y es un gran aporte al servicio al bien común.

Invitamos a la lectura y aplicación de la Encíclica Laudato Si´, ya que puede ser un norte a la actividad que muchas empresas realizan en la región. De cada uno depende buscar y esforzarse para hacer bien las cosas y trabajar, día a día, para orientar el trabajo bajo los valores y propuestas que el Papa Francisco presenta en este documento. Es verdad que solo con el sector empresario no basta pero debemos trabajar para poder aplicarlos y hacer que otros también puedan implementarlos.

Roberto Dabusti


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