EQUILIBRIO AMBIENTAL

Laudato Si´y el reflejo de lo que está pasando en el mundo

El primer capítulo de los seis que tiene la Laudato Si´, hace un diagnóstico detallado de lo que está sucediendo en el mundo

Como lo anticipamos en ediciones anteriores, la encíclica Laudato Si´, que fue presentada hace unos meses por el Papa Francisco, nos llama a reflexionar y nos invita a actuar para revertir la situación que sufre el mundo. Desde esta columna iremos analizando cada uno de los seis capítulos de la encíclica con el fin de poder adentrarnos más en el mensaje que el Papa Francisco quiere transmitir con este documento.

El primer capítulo de los seis que tiene la Laudato Si´, hace un diagnóstico detallado de lo que está sucediendo en el mundo, ?en nuestra casa? en materia ambiental, social, económica y la forma en la que cada uno de nosotros como habitantes de ella puede aportar.

A lo largo del primer capítulo, se analizan diversos aspectos que deben ser tenidos en cuenta en esta crisis mundial que plantea el Papa Francisco. Estos son: la contaminación y el cambio climático, la cuestión del agua, la pérdida de la biodiversidad, el deterioro de la calidad de vida humana y degradación social, la inequidad planetaria, la debilidad de las reacciones y la diversidad de opiniones.

En referencia a la contaminación y al cambio climático se explica que es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas. El clima es un bien común que es de todos y para todos. Ahora bien las alteraciones que sufre el clima afecta mucho más a las personas más pobres, que a los que tienen mayor poder económico o político. También alerta sobre la falta de reacción ante los dramas de la humanidad, lo que demuestra que hay una pérdida del sentido de responsabilidad por el prójimo, valor sobre el cual se funda toda sociedad civil.

La cuestión del agua es clave. El Papa Francisco afirma que el acceso al agua potable y segura, es un derecho humano básico, fundamental y universal. Esto es así ya que determina la sobrevivencia de las personas y del entorno y es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. No se puede privar a los hombres más pobres el acceso al agua, ya que se les niega el derecho a la vida radicado en su dignidad.

La pérdida de la biodiversidad es otro de los aspectos desarrollados en el primer capítulo. Allí se explica que cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales y que estas pérdidas son para siempre. Por ello, el cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato y se destaca el esfuerzo que muchos científicos realizan para revertir esta situación. A su vez, se destaca el cuidado que requieren algunos lugares del planeta por la importancia para el ecosistema. Ejemplo de esto son la Amazonia y la cuenca fluvial del Congo, los grandes acuíferos y los glaciares que son los pulmones del planeta repletos de biodiversidad.

El deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social es otro de los aspectos que el Papa Francisco toca en la encíclica. En ella explica que el ser humano es una criatura del mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz y que cuenta con una dignidad especial. A su vez, en esta sección hace referencia a que muchas ciudades crecieron de forma desordenada y desmedida generando problemas del transporte, caos urbano, contaminación visual y acústica. Si bien hay ciudades bellas y con espacios verdes muy bien cuidados y con áreas seguras, cerca de estas zonas, y de forma contrastante, hay sectores que no son tan visibles y donde viven los descartables de la sociedad. En estos contrastes urbanos se ve marcado el deterioro y la degradación social.

La inequidad planetaria es uno de los aspectos que preocupan al Papa. La experiencia de la vida ordinaria y la investigación científica demuestran que los efectos de todas las agresiones ambientales los sufre las personas más pobre. Ejemplo de esto es la contaminación del agua que afecta de forma particular a los más pobres, ya que no tienen posibilidad de comprar agua envasada. A su vez, afirma que hoy no se puede dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social y que éste debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres. Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana.

En este primer capítulo también se plantea que existe una debilidad de las reacciones por parte de la política internacional. Muestra de esto es el fracaso de las Cumbres Mundiales sobre medio ambiente. Y esta argumentación se basa en que hoy el medio ambiente queda indefenso ante los intereses del mercado que es tomado como una divinidad, ante la cual otros aspectos no son tenidos en cuenta.
Por último, se hace mención a la diversidad de opiniones sobre los problemas existentes en la casa común. Algunos sostienen que los problemas ecológicos se resolverán simplemente con nuevas aplicaciones técnicas, sin consideraciones éticas ni cambios de fondo. Pero, en el otro extremo, otros entienden que el ser humano es una amenaza que perjudica al ecosistema mundial, por lo cual conviene reducir su presencia en el planeta.

Al cierre del primer capítulo de la encíclica Laudato Si´ y para contagiar la esperanza, el Papa Francisco sostiene: ?La esperanza nos invita a reconocer que siempre hay una salida, que siempre podemos reorientar el rumbo, que siempre podemos hacer algo para resolver los problemas. Sin embargo, parecen advertirse síntomas de un punto de quiebre, a causa de la gran velocidad de los cambios y de la degradación, que se manifiestan tanto en catástrofes naturales regionales como en crisis sociales o incluso financieras?.

Con estas palabras de cierre del papa Francisco y para dar una mirada positiva es que queremos, desde este espacio de UISCUMARR, invitar a todos los que nos acompañan a ser actores de cambio. Este cambio se logra desde nuestro actuar diario y desde el lugar que nos toca vivir a cada uno de manera de producir un efecto multiplicador. Los invitamos a empezar con el cambio.

Roberto Dabusti


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